Escrito por su hija Profra. Francia Eloína Pacheco Pérez de Espinosa
FOTOS DE LA DEVELACIÓN DEL BUSTO DEL PROFR. SANTIAGO PACHECO CRUZ, CUATRO GENERACIONES DE SUS DESCENDIENTES PRESENTES
En memoria de mi padre Profr. Santiago Pacheco Cruz
EL COMPROMISO DEL MAESTRO
Profra. Francia Eloína Pacheco Pérez de Espinosa
Comparto con todos los maestros el orgullo de celebrar nuestro día y deseo que todos lleven la frente muy en alto por saber que cada día, en su labor, cumplen la importante misión de educar, de llevar a las mentes de sus alumnos los conocimientos que los harán los ciudadanos que nuestro México necesita.
Debemos estar conscientes de que hemos elegido la profesión que nos brinda grandes oportunidades de forjar en cada uno de nuestros alumnos, una persona con mayor preparación y por lo tanto con mejores capacidades para trabajar, crear y aportar en el desarrollo de su comunidad.
Algunos han tenido que trabajar en comunidades distantes, y no me equivoco en pensar que han tenido que vencer muchas dificultades, incomodidades, problemas de insalubridad y, a veces, la barrera del idioma. los que han laborado en las ciudades, con mejores condiciones, seguramente también han experimentado algunos problemas propios de los jóvenes. Sin embargo, estoy segura que cada uno de Ustedes ha desarrollado su mejor esfuerzo para cumplir su misión y lleva consigo el íntimo orgullo del deber cumplido, y, más que eso, debe estar seguro que ha logrado en su universo de alumnos y padres de familia el respeto a su persona y a nuestra profesión.
Es difícil ser maestro, laboré más de 44 años en el magisterio y puedo asegurarlo.
Al pensar esto –es difícil ser maestro- me viene a la memoria mi padre el Profr. Santiago Pacheco Cruz, reconocido escritor de más de 60 libros sobre el Idioma Maya; pero más que pensar en este acervo cultural, muy reconocido en los tres estados de la Península, pienso en el hombre que fue. Mi padre tenía muy adentro el firme compromiso de educar al pueblo maya; él, como otros maestros de esa época, vivió en comunidades en la selva, sin caminos ni servicios básicos.
Con sus primeros hijos y su esposa vivió en varias poblaciones al principio de su carrera magisterial. Y luego, la familia se quedaba en Mérida, y él realizaba largos viajes, en sus diversos cargos que desarrolló en la Secretaría de Educación en Yucatán y luego en la Secretaría de Educación del entonces Territorio de Quintana Roo.
En forma decidida se equipaba con lo necesario y hacía estos viajes, como promotor al principio, y luego como inspector de educación. Él, tuvo contacto con el indio maya en su propio ambiente. Convivió y se ganó el respeto y confianza del indio que, en muchos años de dominio, traía enraizado el temor y, podemos decir, el odio al hombre blanco. Corrió mi padre muchos peligros en la selva, pero tenía muy firme el motivo que lo impulsaba: Educar al indio maya.
Tradujo al Idioma Maya: El Decreto expedido a favor de los jornaleros del Campo en 1914.
Hizo Traducción al maya de circulares relacionados con estos. 1914
y la Traducción al Maya del Artículo 123 constitucional. 1937
Escribió sobre el Idioma un compendio. La fauna, la geografía del Territorio de Quintana Roo, Toponimia Maya, usos y costumbres de los mayas y mucho más. Y debo decir, con orgullo de hija, pero principalmente por justicia, que todo lo que escribió mi padre lo vivió y lo sufrió en carne propia. El idioma lo aprendió conviviendo con los indios, hablando con ellos en las diferentes zonas mayas, por lo que puedo asegurar que él sabía bien lo que escribió.
Tengo el vivo recuerdo, tendría yo entre 8 y 10 años, cuando llegó mi padre a la casa ayudado por varios indígenas, enfermo, pálido, con fiebres elevadas, pues había adquirido Paludismo. Estuvo muchos días en tratamiento y al fin logró recuperar la salud. No hubo poder humano que lo detenga de reanudar su labor en las comunidades.
En otras ocasiones recuerdo que, cuando regresaba, traía a la casa a varios indígenas, jefes de sus comunidades. A nosotros nos infundìan temor, y él, nos platicaba quienes eran y nos convencía de saludarlos. Recuerdo que estas personas generalmente preferían permanecer sentadas en el suelo. Lo que más recuerdo era que, a todos, se les observaba una mirada tranquila, amigable.
A estos jefes indios los llevaba mi padre a entrevistarse con las autoridades, y así, lograba que los maestros fueran aceptados y establecer escuelas en dichas comunidades.
En la Enciclopedia de Quintana Roo se habla del profesor Santiago Pacheco Cruz como un personaje que luchó durante su prolífica vida a favor de la educación, la cultura, civilización, la reivindicación del pueblo maya y de su idioma. Y que por eso mismo el poeta yucateco Don Antonio Mediz Bolio lo consideró como el apóstol del idioma maya.
Hay que considerar a mi padre Profr. Santiago Pacheco Cruz como un personaje Peninsular, ya que siempre se consideró Campechano, desarrollo sus estudios y sus publicaciones en Yucatán, fue el pionero y desarrolló enorme esfuerzo en la Educación de los indígenas del entonces Territorio de Quintana Roo, Estado que le reconoce su labor ya que es donde hay más Escuelas que llevan su nombre, así también una importante Avenida en la Ciudad de Felipe Carrillo Puerto y la Biblioteca Central de la Universidad de Quintana Roo, en Chetumal, lleva también su nombre.
El Estado de Campeche le reconoce como Ilustre Campechano, principalmente el Municipio de Tenabo donde se estableció la Fundación “Santiago Pacheco Cruz que, desde el año de 1991, entrega cada año la medalla, que lleva su nombre a reconocidos Campechanos y a personajes Nacionales que han trabajado a favor de los Indígenas como el Lic. Luis Álvarez ( 2009) yla Sra. Beatriz Paredes ( 2010).
Es de resaltar que en el año de 2007, la medalla “ Prof. Santiago Pacheco Cruz” fue entregada en esa población de Tenabo, a la Premio Nobel Rigoberta Menchu Tum, quien asistió y recibió la Medalla de manos del Gobernador Lic. Jorge Carlos Hurtado Valdez.
La Casa de la Historia de la Educación de Yucatán,(SEP) ha programado, como parte del rescate de la memoria histórica del magisterio yucateco, la colocación del busto de Santiago Pacheco Cruz en la “Rotonda de los Maestros Ilustres” y la difusión de sus principales obras.
Fue un maestro ejemplar, por su dedicación ocupó numerosos cargos relacionados con la enseñanza: inspector federal escolar, jefe de educación federal en Yucatán y luego en el entonces Territorio de Quintana Roo; tierras que llegó a conocer palmo a palmo durante sus visitas a los maestros en los lugares más apartados, circunstancias que aprovechaba para efectuar investigaciones sobre las costumbres y la lengua maya que podía escuchar, de los labios de los indígenas, casi como la hablaban sus ancestros.
Creo que estarán de acuerdo conmigo en que en esos días, ¡sí era difícil ser maestro!.
Hoy que la tecnología nos brinda excelentes recursos para prepararnos, que hay muchas oportunidades de superarnos en nuestros conocimientos, estoy segura que todos los maestros seguirán esforzándose por ser mejores en su desempeño y seguirán acrecentando la labor de todo el magisterio.
Estoy convencida que toda autoridad que honra al maestro, se honra a sí misma.
Ser maestro es una vocación, se nace para serlo, y más que un trabajo, es una noble misión y compromiso con los niños, jóvenes y padres de familia.
Reciban todos los maestros un abrazo fraternal.
Mérida, Yucatán, México. 15 de Mayo de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario